El ajolote es una especie endémica de México que posee la forma más avanzada de medicina regenerativa que se conoce; y por su tierna apariencia se ha convertido en la imagen de diversos productos como pines, ropa, cobijas y más. Sin embargo, desde hace varios años la UNAM apoya la conservación de estos anfibios pues se encuentran en peligro de extinción.
“Hay un peligro muy fuerte de extinción del ajolote, lo vemos ahora en billetes de 50 pesos, en los juegos de Minecraft y en muchas peceras a nivel mundial, pero en realidad debería de estar aquí, en los canales de Xochimilco, que es su hábitat”, señaló Luis Zambrano González, investigador del Instituto de Biología (IB) de la UNAM.
El investigador universitario que desde hace más de 20 años trabaja en la recuperación de Xochimilco y conservación del ajolote; dijo a para la Gaceta UNAM que es notoria la reducción porqué de los seis mil por kilómetro cuadrado que se calculaban en 1998, para 2014 se redujeron a sólo 36 por kilómetro cuadrado.
Entre las causas que han provocado esta situación se encuentra “la contaminación, el mal estado del agua, el turismo irresponsable y a especies de peces introducidas a los canales, como la carpa y la tilapia que depredan a este anfibio.” Ante estos riesgos, la UNAM a través del Laboratorio de Restauración Ecológica del IB, ha implementado programas para proteger al ajolote y su hábitat en la zona lacustre de Xochimilco.
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Chinampa-Refugio
En el proyecto Chinampa-Refugio, investigadores y estudiantes de la “Máxima casa de estudios” trabajan junto a los chinamperos de la zona de Cuemanco para hacer de las chinampas un refugio para los ajolotes y, al mismo tiempo convertirlo en un pedazo de tierra productivo.
Para ello, “elaboramos un filtro que funciona de retén para mantener la buena calidad del agua y además evita que entren las carpas y las tilapias; este refugio funciona muy bien para la sobrevivencia del ajolote, pero también para charales y acociles”, explicó Luis Zambrano.
Además, todos los días desde 2018, recorren las 40 chinampas que están incluidas en el proyecto Chinampa-Refugio, para cuidar detalles como “la calidad del agua, nivel de oxígeno, pH y la cantidad de alimento sean óptimos para los ajolotes”.
También hay un grupo de personas que se encarga de vigilar a la colonia de ajolotes criadas en el laboratorio, que por cierto “serán reintroducidos para su reproducción natural en un hábitat sano”. De hecho, en el laboratorio hay 180 ajolotes, que están por ser liberados o se encuentran en observación para garantizar que cuando estén listos se adapten a su hábitat natural.
No obstante, para lograr rescatar más espacios que puedan servir como refugio para los ajolotes, el IB de la UNAM lanzó la campaña “Adopta un axolote”.
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La campaña “Adopta un ajolote”
La idea es que con “Adopta un ajolote” se recauden fondos para rehabilitar y dar mantenimiento a más chinampas, pues de acuerdo con Zambrano González las cuarenta actuales no son suficientes. “Cerca del ochenta o noventa por ciento de las chinampas están abandonadas en Xochimilco y necesitamos multiplicar esto por 100 aproximadamente para tener un xochimilco digno y una población de ajolotes que esté fuera de peligro de extinción”.
Esta campaña consiste en adoptar a la especie de manera virtual. Es posible ayudar por un mes ($600), seis meses ($3,600) o un año ($7,200); también, ayudas a “tunear” su casa por $1,000 o solo invitarle la cena por $200. Al hacerlo incluso puedes elegir su sexo y hasta ponerle nombre.
Además, al apoyar la causa y elegir una opción, la UNAM te envía un kit digital con un certificado de adopción, postales e infografías sobre las chinampas-refugios de Xochimilco y los ajolotes.
Finalmente, Luis Zambrano subrayó que “una especie no es una especie sin su hábitat, a todos nos gustan los ajolotes, nos caen bien, los hemos revalorizado muy bien, lo que nos ha costado trabajo es revalorizar su casa y ésta es Xochimilco”.
Y si te interesa ser parte del proyecto adoptando un ajolote, ingresa a este enlace.