En México, no existen cifras exactas sobre el número de niños, niñas y adolescentes que ha reclutado el crimen organizado; lo que sí se sabe es que este sector de la población es “un blanco predilecto” para los grupos delictivos, y que la prácticas ilícitas a las que son obligados vulneran sus derechos.
De acuerdo con un estudio realizado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los grupos delincuenciales enlistan en sus filas a niños y niñas a edades muy tempranas para desarrollar diferentes labores ilícitas, que pueden ser vender droga, fungir como sicarios, o adentrarlos en el trabajo sexual.
Leer también: Los alumnos más pobres, los que menos se benefician de la educación pública: ONU
Pero, lo que coloca a la infancia en una situación de riesgo es vivir en un contexto inseguro, violento, donde las actividades del crimen organizado son cotidianas y no están controladas.
Además, “a esos factores hay que sumarles, la pobreza y marginalidad de muchas familias que viven en zonas violentas, así como la deserción escolar y la baja provisión de servicios por parte del Estado”, puntualizó Elisa Ortega, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM .
¿Por qué el crimen organizado recluta a menores de edad?
Elisa Ortega, quien también es coordinadora del estudio entre la CNDH y la UNAM, dijo que “la inclusión de los niños en el crimen organizado, puede ser a través de dos formas: una es que los reclutan para trabajar de manera forzada […], pero también los niños se pueden inmiscuir en la actividad criminal al incluirse en las pandillas”.
Las razones para reclutar a menores suelen ser diversas, aunque, en algunos casos influye el tipo de tareas que se requieran. Por ejemplo, la especialista mencionó que las manos pequeñas de las niñas y niños son útiles para la recolección, la pizca de las flores de amapola, e incluso para quitar explosivos.
En ese sentido, también dijo que una de las principales labores de la infancia dentro de grupos criminales es como “halcones”, que son quienes vigilan y recolectan información de distintas corporaciones de seguridad o de grupos enemigos.
De igual manera, se les recluta para desempeñarse como “mulas” o en otras palabras, transportar droga hacia otros lugares; sicarios, a quienes se les dan armas de fuego; y se les involucra en el trabajo sexual. De hecho, niños, niñas y adolescentes son las principales víctimas de la trata de personas.
Exceso de trabajo en docentes impide el acompañamiento emocional a estudiantes
¿Cuáles son los derechos de los menores que se ven vulnerados?
Por otra parte, Elisa Ortega comentó que no se sabe a ciencia cierta cuántos niños, niñas y adolescentes se encuentran en las filas del crimen organizado. “Por un lado es complicado, por el propio tipo de actividad de la que estamos hablando, pero por otro también hay falta de actividad por parte del Estado para allegarse de datos.”
Asimismo dijo que “el crimen organizado deja huellas que duran para toda la vida. El impacto que tiene en la niñez y en las juventudes se queda ahí”. Por lo tanto, vulnera cuatro de sus derechos que son: el derecho a la vida, a la libertad de integridad personal, a la salud y a la educación. Pero el derecho a la vida es el principal afectado.
Ante la situación, la académica de la UNAM destacó la importancia de atender a las víctimas y generar políticas públicas que las protejan.