Durante la conferencia inaugural del Ciclo de videoconferencias: Relaciones de género y sexualidad en el México del Siglo XX, organizado por el Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE), la académica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Patricia Galeana Herrera, aseguró que el aborto es un problema de salud pública y justicia social.
En el encuentro inaugurado por el director del CEPE, Alberto Vital Díaz, la historiadora de la UNAM aseguró que el aborto es tan antiguo como la propia humanidad. Esté prohibido o no, siempre se ha practicado en todas las culturas. Generalmente, las más antiguas consideraban que el feto formaba parte del cuerpo de la persona embarazada. Al respecto, han existido diferentes posiciones.
“El lema de las marchas en las que hemos participado para buscar que se reconozca el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo es: educación sexual para decidir, anticonceptivos para prevenir y despenalización para no morir”, subrayó la universitaria.
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Aborto legal para las mujeres en el mundo
En su participación, Galeana Herrera señaló que el 59% de las mujeres del mundo tiene acceso a un aborto legal. Del mismo modo, en tan solo 64 países del planeta se encuentra despenalizada la interrupción voluntaria del embarazo.
En el caso de naciones del continente americano como Argentina, Canadá y Colombia, el aborto está permitido. Mientras que, en Europa, 38 naciones aprueban el aborto; en Asia, 14; Oceanía, 3; y en África, cinco. En contraste, el aborto está prohibido en 24 países.
Así lo refirió la académica de la UNAM, quien también agregó que en México, se han realizado esfuerzos para establecer un código penal general en materia de asuntos que afectan algunos derechos fundamentales, tales como el aborto. Sin embargo, detalla Galeana Herrera, en el Congreso del país existe una oposición que no permite que dichos intentos prosperen. De modo que, la igualdad que deben disfrutar todas las mexicanas, se rompe.
“Si radican (las mujeres de México) en cualquier entidad de las 20 donde aún está penalizado, no pueden ejercer el derecho a decidir sobre su propio cuerpo como lo hacen aquellas que viven en la Ciudad de México. Esto rompe la igualdad jurídica que debemos tener las mujeres en el país”, expresó la historiadora.
De acuerdo con la especialista, las personas que deciden abortar, tienen razones para hacerlo. Por ello, deben gozar del derecho para interrumpir un embarazo. No obstante, cuando el Estado y la iglesia penalizan y criminalizan a las mujeres de bajos recursos que habitan en un estado donde no está permitido y no tienen la facilidad de viajar a la Ciudad de México o a otro estado donde el aborto está autorizado, entonces ellas acuden a clínicas clandestinas. En muchas ocasiones, acaban con su vida, pues fallecen por infecciones o hemorragias.
Puntos de vista antiguos sobre la interrupción del embarazo
En la reunión, Galeana Herrera explicó algunas posiciones relacionadas con la interrupción del embarazo. Por ejemplo, Platón pensaba que el aborto debería ser obligatorio después de los 40 años de edad para impedir malformaciones del feto.
Asimismo, a lo largo de la edad media, con la llegada del cristianismo, se desató un debate sobre el momento en el que el alma llegaba al cuerpo. De modo que, San Agustín estableció que en un cuerpo sin forma no podía existir alma. Por lo tanto, esta práctica no se consideró un asesinato, pues no la destruía.
“Hubo otras ideas similares, como la de Graciano. Siglos después, San Alberto Magno, que también tenía la misma idea y que dio los mismos tiempos para que el alma llegara al cuerpo del varón antes que a la mujer. Al varón en 40 días y en las mujeres prácticamente a tres meses de gestación”, explicó la universitaria.
“Esta doctrina fue la oficial de la iglesia a partir del Concilio de Trento. Son múltiples los ejemplos sobre cómo el aborto se practicaba comúnmente, incluso en los conventos en el siglo XVI”, añadió.