La Universidad La Salle, en conjunto con la Dimensión Episcopal de la Pastoral de Movilidad Humana organizaron, la semana pasada, el foro «Construir el futuro con las personas migrantes y refugiadas». Lo anterior formó parte de las actividades por la Jornada Mundial de las Personas Migrantes y Refugiadas.
Durante el encuentro se analizaron problemáticas que aquejan a este sector de la sociedad. El vicerrector de Bienestar y Formación de la Universidad La Salle, Roberto Medina, expuso las necesidades que existen en el país en materia de migración. Asimismo, explicó que es necesario trabajar más para mejorar la situación de las personas en calidad de refugiadas.
Asimismo, el otrora Ombudsman nacional Luis Raúl González Pérez fue enfático al señalar la necesidad de reconocer los derechos humanos de las y los migrantes. Con esto, aseguró el especialista, es posible entender la migración desde las causas que la generan, con el objetivo, entre muchos otros, de dejar de criminalizar a estas personas.
González Pérez invitó a la sociedad a involucrarse, dijo que el desconocimiento de la situación y de las leyes relacionadas con el tema afecta el derecho al refugio y hace surgir dificultades para hacer valer derechos ante las autoridades. “Quien migra debería poder recurrir a las autoridades, pero el miedo propicio que los migrantes sean víctimas de abusos y delitos, en particular las mujeres y los niños”, declaró.
Piden regular la migración de manera humanista
En un esfuerzo por involucrar y hacer reflexionar a los estudiantes presentes, la senadora Beatriz Paredes inició su participación aclarando que la migración no es un fenómeno que nos sea ajeno, “pues les pasa a miles de mexicanos, y no se limita a quienes cruzan la frontera norte sin documentos; también hay migrantes legales que buscan trabajo en otros países”, señaló.
La política urgió a definir si como sociedad estamos a favor de los migrantes, pues de la misma manera que exigimos al gobierno de los Estados Unidos que trate a nuestros emigrantes, el gobierno de nuestro país debe tratar bien a los centroamericanos, dijo la legisladora. Pidió exigir una política humanista, no represiva, que reconozca que esta movilidad social debe ser regulada con respeto a los derechos humanos.
Por su parte, la Diputada Federal Rosa María González reconoció que la agenda migratoria es compleja. “Tenemos una ley de migración que cumplió ya 10 años. Hace falta actualizarla y tener una política de estado que redefina la visión de este país y una cultura de integración para quien desee permanecer”, declaró.
En su calidad de comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en México, Giovanni Lepri estuvo de acuerdo en poner los derechos al centro del discurso, para después analizar la situación en el contexto de nuestro país y sus movimientos poblacionales, lo mismo internos que hacia el norte.
En México, al ser el tercer país del mundo con más solicitudes de asilo (al menos así sucedió el año pasado), surge la necesidad de adaptar la infraestructura y legislaciones. Al respecto, Lepri dijo que se debe actuar pues “la ignorancia es la mejor amiga de la xenofobia; el conocimiento es el mejor amigo de la inclusión”.
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Acuerdos de migración con otros países
Finalizando este panel, Enrique Evangelista, director de la Unidad Nacional de Empleo, relató cómo el Servicio Nacional de Empleo tiene identificado, desde 2006, que hay que atender a los migrantes. Describió que se han creado acuerdos de migración –con Canadá, por ejemplo–, y diseñado una estrategia para recibir a repatriados que vienen de los Estados Unidos.
Estos programas, dijo Evangelista, buscan la profesionalización de los servicios de las instituciones gubernamentales involucradas. Sin embargo, señaló que es necesario que participen ambos estados: de destino y de origen.