La educación superior está atravesando por una de las etapas más disruptivas de su historia. A causa del Covid-19, enfermedad que hizo necesario un distanciamiento físico entre personas, el aprendizaje se adaptó a escenarios digitales. Rápidamente estudiantes y profesores adoptaron nuevas herramientas y modelos de enseñanza.
Hoy en día, se plantea que varias de esas estrategias sean implementadas para lograr que cada vez más estudiantes tengan acceso a oportunidades educativas ya que, históricamente, los proveedores tradicionales de enseñanza no han podido dar un lugar a todos los aspirantes a cursar una carrera universitaria. Ahí, las nuevas tecnologías pueden hacer la diferencia.
De esta manera, la enseñanza está dejando de ser de impartición exclusiva por parte de las universidades. Ahora, el aprendizaje está en todos lados, por lo que la llamada generación u-learning (ubiquitous learning) está desplazando el concepto de aula física para adentrarse en la exploración e implementación de nuevas comunidades de aprendizaje, sin paredes.
El boom de las EdTech en LATAM
Varios expertos consideran que en 2020 comenzó el boom de las EdTech (iniciativas de educación tecnológica). Según la plataforma global de inteligencia de mercado de educación HolonIQ, ese año se reportaron 32 startups tipo unicornio (empresas de reciente fundación que rápidamente valen más de mil millones de dólares) relacionadas con el sector.
Las mencionadas iniciativas, en conjunto, representaron más de 21 mil millones de dólares en inversiones y actualmente están valuadas en alrededor de 95 mil millones. Asimismo, un reporte de Research and Markets proyecta que el sector de EdTech alcanzará los 218 mil millones de dólares para 2027.
En términos geográficos, de las 100 startups del sector (en Latinoamérica) que Holon IQ identifica como más prometedoras, Brasil lidera el ranking, con el 38% de las firmas. En segundo lugar está México, con un 17%. Luego Argentina, con el 13%; Colombia, con el 11%; Chile, con el 8%; y Perú, con el 6%.
Sin embargo, el desarrollo de las EdTechs se ve afectado por la actual brecha de talento tecnológico, ya que hay muchas áreas de crecimiento pero pocos candidatos aptos.
En ese escenario, las empresas padecen una creciente escasez de personal calificado ya que, según un informe de Digital Skills Research, el 87% de las compañías de la región tienen una brecha de competencias digitales en su fuerza laboral. En México, un tercio de las empresas reportan escasez de talento.
Así es como deben evolucionar todas las universidades
Para el CEO de Collective Academy, Pato Bichara, los sistemas tradicionales de todas las universidades tienen que evolucionar en varios aspectos. Si hacen eso, podrán construir experiencias de aprendizaje centradas en “aprendedores” que arrojen resultados positivos.
“El profesor ya no posee la verdad universal. Ahora, su rol es el de un mentor: orienta al alumno para que este sea el protagonista de su propio aprendizaje. Los alumnos tienen una formación más personalizada y atractiva. Ahora, comienzan con la curiosidad de resolver algo, se documentan e investigan a su ritmo”.
El experto agrega que el campus pasará de un espacio físico hacia nuevas instituciones que seguirán al estudiante a donde vaya, se convertirán en comunidades de aprendizaje.
También destaca que los CV ya no son estáticos, sino que se actualizan “como si fueran software”. Esto en el sentido de que es necesaria la obtención constante de nuevas habilidades. Y, finalmente, Bichara expresa que, quizá, ya no haya necesidad de recibir un título ya que “el aprendedor nunca se gradúa, porque el aprendizaje se mantiene toda la vida”.
El renacimiento del aprendizaje
“El futuro de la educación no existe”, dice Pato Bichara, y declara que la gran mayoría de los sistemas de educación fracasaron durante la pandemia debido a que la educación tradicional estaba desconectada de la realidad.
La educación en general “le falló a todo el mundo. Ahora, el futuro se llama aprendizaje. Cuando los gobiernos se den cuenta de esto, serán capaces de formular una política pública educativa que construya el futuro para nuestros niños y jóvenes”, señala Bichara, quien encabeza a Collective Academy, una neo-universidad enfocada en ofrecer programas de maestría y aprendizaje corporativo.
Bichara señala que las universidades no pueden seguir utilizando métodos tradicionales para estudiantes que son nativos digitales. De acuerdo con el especialista, es necesario que las instituciones de educación superior “aprendan a conectar con su comunidad”.
“Bienvenidos al futuro del conocimiento: el aprendizaje. Es ahí donde nace el concepto de neo-universidad. Reinventamos a la universidad para que se vuelva una experiencia mucho más centrada en los aprendedores que son nuestros clientes, es decir, nuestros alumnos”, señala Pato Bichara.
A través de esfuerzos como los impulsados por organizaciones como Collective Academy, se está planteando el surgimiento de escuelas en línea que están reinventando el concepto tradicional de la universidad. Por ejemplo, en la mencionada institución, disponen de un Master in Business Technology, otro en Educación Corporativa, además de su programa más reciente: Compass, una especie de curso propedéutico de inducción a la universidad.
Este modelo virtual, inicialmente, se pensó para México pero, debido a su éxito, se extendió rápidamente a Latinoamérica. Aunque es una iniciativa reciente, ya han capacitado y dado mentorías a trabajadores de empresas como Google, Bimbo y BBVA.
Sin embargo, un aspecto muy relevante de este tipo de aprendizaje es que sus programas no cuentan hoy en día con la acreditación de las autoridades educativas. En el futuro es posible que se establezcan alianzas para poder expedir certificados con validez oficial. Sin embargo, lo que es un hecho es que emprendimientos como Collective Academy están innovando en cuanto a la metodología y tecnología, para crear una experiencia educativa mejor que las alternativas tradicionales actuales.
Nuevos jugadores se integran al ecosistema educativo
Juan Pablo Murra Lascuráin, rector de Profesional y Posgrado del Tecnológico de Monterrey, señala que la educación se encuentra en un periodo de inflexión, es decir, está entrando en un proceso de transición disruptivo que va a cambiar de manera significativa el aprendizaje en las universidades.
El académico planteó que las escuelas tendrán que establecer alianzas con las compañías tecnológicas, lo que intensificará la cooperación, elemento que ya es imprescindible entre universidades y empresas.
“Anteriormente, una misma universidad, generaba el conocimiento, codificaba el programa, lo impartía y lo evaluaba. Hoy en día, empiezan a surgir jugadores más especializados. Así, alguien va a generar el conocimiento, alguien va a codificar el programa, alguien va a atraer a los estudiantes, alguien evaluará, alguien lo impartirá, alguien hará las mejoras continuas del aprendizaje…”, señala.
Murra Lascuráin destaca que, al tener nuevos actores en el proceso de enseñanza-aprendizaje, pronto se dará paso a la creación de nuevas instituciones, startups, emprendimientos, incluso, nuevas universidades. Con lo anterior se irá desarrollando un mejor ecosistema de educación que se adaptará a cada una de las necesidades de los aprendedores.
En definitiva, el aprendizaje dejó de ser algo exclusivo de las instituciones educativas y pasó a ser parte también de las grandes compañías y corporaciones tecnológicas como Google, IBM, Facebook, Apple, Microsoft, Samsung y Huawei, entre otras muchas.
En ese sentido, Murra Lascuráin comenta que las universidades se convertirán en esa plataforma que conectará a múltiples sectores. Sin embargo, el experto descarta la idea de que exista la amenaza de que diversas compañías de este tipo asuman el control total de la generación y distribución del conocimiento.
“Esas compañías no lo pueden hacer, además de que no lo quieren hacer. Ellos están mucho más interesados en desarrollar expertise, técnica y disciplinar”, dice. Con todo, el directivo coincide en que el modelo tradicional de las universidades se agotó y se desgastó: “las nuevas generaciones demandarán un aprendizaje mucho más activo, relevante, diverso, híbrido… Un aprendizaje más conectado al mundo real a través de casos, retos y otras experiencias”, expresa Murra Lascuráin.