La Navidad no sería como la conocemos sin el característico árbol en medio de la sala. Tampoco puede faltar el tradicional nacimiento navideño debajo del pino. Para ello, necesitamos comprar productos propios de la temporada. Por ejemplo, esferas, guías y un poco de musgo para simular el pasto. Pero, quizá sea momento de dejar de usar esta planta. ¿Por qué? UNAM responde.
Durante la temporada decembrina ocupamos el musgo para simular el césped en nuestros nacimientos, ¿cierto? De hecho, según Ciencia UNAM, en estas fechas se utilizan diversas especies de musgo. La más común de ellas es Thuidium delicatulum, seguida de Hypnum amabile.
Ambas especies crecen sobre el piso de bosques húmedos y frescos. Sobre todo, nacen cerca de ciudades y pueblos. Sin embargo, la Universidad Nacional alertó que debido al aumento en la demanda de los dos tipos de musgo, se han mermado las poblaciones cercanas. Por lo que ahora se obtienen de lugares cada vez más alejados. O bien, son reemplazados por mezclas de Campylopus, Dicranum, Leptodontium y otros.
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El musgo en peligro de extinción
Sabemos que te encantaría sorprender a tu familia cuando vean tu nacimiento navideño en la cena familiar. No obstante, comprar musgo podría poner en riesgo la vida de estas especies. Sobre esto, Ciencia UNAM señala que la cosecha de musgos es una práctica indeseable en cualquier temporada del año. Así que, extraer cualquier especie puede reducir la presencia de musgo, erradicarlos localmente o incluso, extinguirlos, advierte la universidad.
En México se conocen cerca de 1,500 especies de musgo. Gran parte de ellas son pequeñas, las cuales se miden en milímetros o centímetros por año. En cambio, las más grandes crecen postradas, o bien, cuelgan sobre troncos o ramas de árboles que conforman los bosques y selvas. Mientras que, otras especies tienen forma de pluma o de árboles chicos.
Aquellos musgos de estatura baja, son capaces de nacer verticalmente como cojines o tapetes. El crecimiento puede ser sobre suelo, rocas, troncos vivos o en descomposición. Cabe señalar que estas plantas pertenecen a un grupo muy antiguo que se encuentra entre los primeros que ocuparon el ambiente terrestre.
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Razones para cuidar de la especie
A propósito de los beneficios que el musgo aporta al planeta, Ciencia UNAM indica que dichas plantas funcionan como esponjas, pues captan el agua de la lluvia. La cantidad que pueden retener cambia a lo largo del año y según la especie. Pero su capacidad aproximada equivale a 10 o más veces su peso seco.
Al momento de recoger el líquido antes de que este llegue al suelo, disminuyen la erosión, evaporación y facilitan la infiltración. De esta manera, favorecen la recuperación de agua limpia en los escurrimientos.
Los musgos se vinculan con otros organismos, lo cual, permite que fijen nitrógeno. También son capaces de recoger grandes cantidades de bióxido de carbono de la atmósfera. Por ejemplo, los gases del efecto invernadero y el calentamiento global. Otra de las ventajas de esta planta es que puede utilizarse como indicador biológico de la contaminación del aire.
Sin embargo, el musgo desaparece fácilmente, ya que es muy sensible a los cambios en su hábitat y a la contaminación. Ante esto y derivado de las características del musgo, la Máxima Casa de Estudios recomienda conservarlo y sustituir su uso en los nacimientos navideños.