Gran parte de nosotras y nosotras como estudiantes, acostumbramos trasladarnos apresuradamente a la facultad. Puede ser porque que la alarma mañanera no sonó, porque vamos tarde a la primera clase o porque el transporte público es muy lento. Pero, ¿has pensado cuánto estrés ocasionan los traslados a la universidad o a cualquier parte de la Ciudad de México? Expertas de la UNAM nos explican.
De acuerdo con Gaceta UNAM, Fransilvania Callejas Pérez, del Programa de Maestría y Doctorado de la Facultad de Psicología de la UNAM, llevó a cabo un estudio durante la pandemia por Covid-19. Para ello, la experta realizó 32 entrevistas cualitativas y analizó 728 instrumentos contestados en línea.
Como resultado de la investigación, el 80 por ciento de los usuarios de transporte público indicaron que sus recorridos son largos, de 60 a 240 minutos. Principalmente para las personas que habitan en los límites de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) y se trasladan a la metrópoli.
Asimismo, la doctorante informó que el 18 por ciento de quienes viven y trabajan en la Ciudad de México aseguran que siempre o casi siempre experimentan estrés a lo largo de sus trayectos, sobre todo, en transporte público. Sin embargo, según Callejas Pérez, en las y los habitantes de municipios conurbados y del Estado de México que se movilizan a la CDMX, incrementa hasta 24 y 25 por ciento, respectivamente.
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¿El estrés se relaciona con el tiempo que pasamos en el transporte público?
Durante el Tercer Seminario de las Acciones del Posgrado de la Facultad de Psicología de la UNAM ante la Pandemia Covid-19 “Estrés ambiental en el transporte y hospitales”, Callejas Pérez explicó que “no hay una relación directa entre el tiempo de traslado y el estrés. Pero sí cuando intervienen variables relacionadas con cómo interpretamos y vivimos los riesgos asociados a ese tiempo y la forma en que lo enfrentamos”.
En este sentido, la experta señaló que quienes pasan más tiempo transportándose, experimentan estrés con mayor regularidad. Esto es debido a que perciben riesgos y evalúan más frecuentemente.
Ante esto, Callejas Pérez recomendó usar estrategias de distanciamiento emocional. Por ejemplo, pensar en otras situaciones y distraerse de lo que sucede en el momento. Conforme con la especialista, esto solo se consigue si se garantiza un ambiente seguro, sin riesgos de robo o asalto.
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Consecuencias para la salud
En el evento, la directora de la Escuela de Extensión UNAM-San Antonio, Paula de Gortari, explicó que el estrés ambiental repercute en distintos ámbitos.Tales como la salud mental, la calidad de vida de las personas, e incluso, en la economía. De hecho, según datos de estudios recientes retomados por Gaceta UNAM, los problemas de movilidad cuestan a los mexicanos aproximadamente 69 mil millones de pesos.
Por su parte, el titular de la Escuela de Extensión UNAM-Canadá, Constantino Macías García, destacó que en un gran número de ocasiones, las personas se someten a diversas agresiones prolongadas. Entre ellas, el ruido y la contaminación. De manera que, resulta importante hacer conciencia de estas afecciones crónicas, subraya el experto.
Por último, Macías García y Paula de Gortari coincidieron en aplicar políticas públicas que brinden condiciones físicas humanizadas. Esto con el objetivo de reestructurar la manera en la que los capitalinos se transportan. Sin embargo, precisa, es necesaria la voluntad individual para modificar hábitos de transporte.