Nosotros sabemos que tú hablas con tu perrito, pero ¿sabías que él habla contigo? Y no sólo esperes palabras, porque siempre te habla con todo el cuerpo. Como parte de su comunicación, los caninos manejan un lenguaje corporal y auditivo, según Gabriela Constantino Corzo, académica del Departamento de Etología, Fauna Silvestre y Animales de Laboratorio de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM.
Por ejemplo, el ladrido puede corresponder a varias situaciones, desde que están contentos o con miedo, anuncian algo, saludan o un signo de agresión, explicó la académica universitaria. Y, de hecho, el tono y frecuencia con que se realiza es importante.
“Conjuntando toda esta comunicación podemos valorar a qué se refiere”, añadió la especialista en el tema.
Existen varios tipos de lenguaje corporal, algunos se identifican fácilmente y otros no tanto, dijo Yunuen Barrea, médica veterinaria especialista en etología clínica de la FMVyZ de la UNAM.
Lomito lenguaje, lo más común:
Perrito relajado: Normalmente están echados o sentados con la boca ligeramente abierta, las orejas y toda la musculatura relajada. De pronto, pueden suspirar.
Perro en alerta: Regularmente mueve sus orejas hacia el estímulo que le llama la atención y volteará la mirada en ocasiones. Si está parado sobre sus cuatro miembros dirigen la cola hacia el estímulo que les llama la atención.
Con miedo: Evade con la mirada al estímulo que le da miedo, pero lo ve de reojo. “A esta actitud se le llama Ojo de Ballena”. Pueden meter la cola entre las patas de atrás, las orejas las pegan hacia la cabeza, hay un jadeo que no se relaciona con el calor, bostezan constantemente, se chupan la nariz y en ocasiones tiemblan.
Can agresivo: Existen dos tipos de agresión, la ofensiva (que casi nunca se da) y la defensiva (se da por miedo). En la ofensiva el lomito está bien plantado sobre sus cuatro patas y enseña solo las piezas dentales de enfrente, las orejas se dirigen hacia el estímulo y la cola hacia arriba. Además, es muy seguro de sí mismo. Mientras que en la agresión defensiva las orejas se dirigen hacia atrás, enseñan todas las piezas dentales, y las muestran, tanto a los humanos como a otros perros, que pueden ser muy feroces.