El domingo 30 de octubre, más de 150 millones de ciudadanos brasileños votarán en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Sin embargo, este evento se llevará a cabo en medio de un contexto polarizado en el ámbito económico, político, social y cultural. Ante este panorama, expertas de la UNAM analizaron los retos que podría enfrentar Brasil, una vez que se conozca quién será el próximo presidente.
Si bien la decisión aún no está tomada, de los diez candidatos que participaron en la primera vuelta celebrada el pasado 2 de octubre, dos encabezan las preferencias electorales. Se trata del actual mandatario Jair Bolsonaro, ex militar y representante del Partido Liberal (PL) y Luiz Inácio Lula Da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT).
La diferencia que tuvieron en los votos fue de apenas el 5.2%, siendo Lula Da Silva quien obtuvo una ligera ventaja con 48.4%. Mientras que Bolsonaro estuvo por debajo con un 43.2%. Lo anterior según información de UNAM Global.
Al respecto, Regina Crespo, del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe comentó para el mismo medio que la preferencia por Lula fue prevista en las encuestas. “Lo que sorprendió fue el aumento de votos a Bolsonaro”, dijo.
Si bien hay una ventaja, todavía existe la posibilidad de que cualquiera sea elegido, e independientemente de quién gane la contienda, deberá enfrentar algunos desafíos e influirá en el futuro del país sudamericano. Pero ¿de qué manera?
La sociedad brasileña
Ambos funcionarios ya han estado frente al Ejecutivo de Brasil, pero con gobiernos diferentes. Da Silva, apoyado por la izquierda, asumió el cargo como Presidente durante dos mandatos (2003–2011). En cambio, Bolsonaro, vinculado con la derecha, busca su reelección pues comenzó su período en 2019.
Sobre sus respectivos mandatos, Polette Rivero de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM dijo que cuando Lula gobernó “había una entrada de riqueza, derivado de ese contexto de <<altas commodities>>. Situación que contrasta con el entorno actual en el que impera una “crisis económica”.
La investigadora Regina Crespo, coincidió con el planteamiento anterior pues dijo que “hoy tenemos otra vez 33 millones de brasileños pasando necesidades y hambre, lo que no había antes.”
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Además, Rivero señaló que si Bolsonaro es reelegido, el carácter conservador de la sociedad brasileña. Especialmente “el acrecentamiento de la desigualdad social, discurso de odio que toca sobre todo a la población negra, a la población indígena, a la población pobre y a las mujeres también porque hay un discurso patriarcal.”
Los desafíos del próximo presidente
En cuanto a los desafíos a los que se podría enfrentar quien resulte electo como presidente, es necesario destacar que no serían los mismos. Las especialistas destacaron que Lula primero debería enfrentar la corrupción, un acto por el que estuvo en prisión, aunque su proceso fue cancelado por fallas en el debido proceso.
“[…] y en segundo lugar –Lula tendría que– redefinir una política social amplia donde vuelva a instalarse los programas sociales, pero no desde una visión existencialista; sino a partir de un proyecto productivo que además deje de estar enfocado en el extractivismo”. Explicó Polette Rivero.
Cabe resaltar que en las elecciones también se renuevan gubernaturas y el Congreso, un aspecto que también impactará en el período presidencial. En ese sentido, Crespo refirió que “el Congreso hoy es más conservador que antes”. Así que, en caso de que Bolsonaro gane, no representaría un problema porque sus ideas compaginan; en cambio “Lula va a tener muchos problemas.”
Asimismo, agregó que desde su perspectiva, “no es una elección de programas de gobierno”, más bien “es una decisión si Brasil se mantiene como un país democrático o si camina hacia una dictadura, hacia un régimen autoritario”.
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