Si eres de las personas que no les gusta el cine de terror quizá deberías reconsiderarlo, porque ver esas películas de miedo podrían prepárate para enfrentar una situación de peligro en tu vida cotidiana.
Sentir el corazón acelerado, sudor en las manos, estomago revuelto y que se te enchine la piel son algunas de las sensaciones que nos produce ver películas o series de terror, pero aún así las seguimos viendo.
Y para poder responder a la pregunta de ¿por qué las seguimos viendo? el especialista de la Facultad de Psicología, Hugo Sánchez Castillo, explicó a UNAM Global qué es el pánico.
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“El miedo es una respuesta de supervivencia que nos permite alejarnos de las cosas que son potencialmente peligrosas. Además, si le sumamos la incertidumbre, un estado que también nos produce sensaciones y malestares, tendremos una respuesta de alerta que finalmente nos prepara para un evento catastrófico”, detalló el académico.
Sánchez Castillo explicó, a UNAM Global, que si un abismo nos asusta es porque finalmente podemos caer y lastimarnos. Otro caso es cuando no queremos tocar animales ponzoñosos, porque nos pueden picar y tendremos una experiencia desagradable.
“No obstante, sentir todas estas emociones que nos erizan la piel y nos preparan para una respuesta de lucha o huida, responde a la presencia de un estímulo y bajo la subjetividad de nuestra propia percepción”.
¿La hora del día influye en el miedo que sentimos con las películas de terror? Esto dice la UNAM
¿Las películas nos podría salvar en una situación de peligro?
De acuerdo con la UNAM, el miedo y todas sus consecuencias fisiológicas nos anclan con una película de terror, que regularmente nos presenta características sombrías y obscuras, algo que nos lleva a meternos en esa cuestión donde no sabemos qué pasará, de incertidumbre aunado con respuestas intempestivas que no esperamos que salgan y que nos sobresaltan.
Y ¿por qué nos gusta ver las películas de terror?, de acuerdo con el especialista, “porque es una sensación que no vivimos nosotros, es decir podemos tener una proyección en cuanto a la historia de terror, pero sabemos que no es real, aunque tengamos la sensación fisiológicamente (piel erizada, corazón acelerado, etc.)”.
Así, nos identificamos con la historia y nos preparamos para situaciones similares sin que necesariamente las vivamos.
Esto es bastante común en el sistema nervioso central, se trata de un mecanismo que nos permite extraer información y poder utilizarlo después, y se llama aprendizaje observacional.
“Bajo esta dinámica, es muy simple que podamos tener o apreciar experiencias de muerte, terror y que no necesariamente nos atañen. Por eso es que, a muchas personas, las películas de horror nos parecen increíblemente agradables”
Hay quienes no pueden ver el cine de terror
Sin embargo, estas respuestas fisiológicas están relacionadas con mecanismos de estrés y ansiedad, y por eso es que a otras personas les pueden desencadenar cuestiones patológicas que ya están con ellas mismas.
Por ello, alguien que sufre de trastornos de pánico, ansiedad y estrés postraumático no puede ver una película de este género, porque no entiende la diferencia.
“Es decir, la mayoría comprendemos que la historia no nos va a pasar, y lo captamos como una especie de preparación, pero para las personas con estos problemas, una película de horror puede ser un disparador, y bajo esta perspectiva, desencadenarán su patología de forma exacerbada”
“Sentir la experiencia del terror sin tener que enfrentarse a un psicópata u otra situación difícil, nos resulta fascinante. Se trata de una especie de poder que resulta muy agradable”, concluyó el académico.