Las experiencias son lo de hoy…. se han convertido en uno de los principales productos de consumo. En 2022, todos buscamos experiencias.
Las experiencias se suelen entender hoy como medios que permiten disfrutar el fin de forma anticipada y dosificado en el tiempo. El resultado se va recibiendo en vivencias, sin que por ello se reduzca el logro al final. No es necesario esperarse a concluir algo para gozarlo.
Los procesos han cobrado relevancia: el foco no está solamente en el resultado que se busca, sino que se procura que los medios que se eligen para alcanzarlo sean también disfrutables. Mientras que por años, solamente los resultados definían qué caminos habían de tomarse y se sacrificaba el gozo del medio en miras al fin, en muchos casos hoy estos conceptos se han alterado.
Esta nueva norma se vive en los ambientes de trabajo, en los que organizaciones certificadoras validan que los colaboradores vivan “experiencias gratificantes” en la cotidianeidad. Great Place to Work tiene como misión “convertir a todas las organizaciones de México en excelentes lugares de trabajo” https://greatplacetowork.com.mx/. No importa únicamente el depósito periódico en la cuenta, ni las instalaciones, ni solo los retos diarios valen, ni las proyecciones de crecimiento, incluso el “salario emocional”. Lo importante es visualizar que la integración de todo esto es lo que constituye la experiencia laboral.
De manera intuitiva muchas veces, pero hay un constante análisis del retorno de inversión del tiempo personal. ¿Qué se está dispuesto a invertir en cuestión de energía, tiempo, esfuerzo y goce para alcanzar un resultado? ¿Vale la pena lo que cuesta?
Este escenario es especialmente claro en la universidad: los años que se dedican a la preparación para la vida profesional, lejos de ser un momento tortuoso, se busca que se conviertan en años disfrutables; se intenta algo mucho más amplio que la sola preparación académica, se buscan experiencias vitales.
Desde la universidad, veo esta realidad como un reto fascinante. La experiencia de la vida universitaria está llamada a ser riquísima, no tiene porqué convertirse en una cadena de semestres de sufrimiento o en el padecimiento de días y días sombríos para que finalmente, algún día, se pueda ver el sol. Ni siquiera se “vale” que la experiencia universitaria sea “normal”, o “equis”… Quienes trabajamos en construir estas experiencias, intentaremos lograr que esos 48, 54, 60 o los meses que dure un programa de estudio, estén llenos de sentido, lo que no significa que sean fáciles.
Los ambientes de estudio y de trabajo están transitando a ser espacios de desarrollo, momentos amenos en los que se ejerce una profesión que se disfruta, en los que se crece y en los que las personas se acercan a la versión de sí mismas que tienen vislumbrado alcanzar.
Así tenemos que procurar la universidad: foros de diálogo interesante, lugares de encuentro de personas, entornos agradables en donde se viven experiencias gratas, reconfortantes, ricas, retos que exigen pero ilusionan, esfuerzos que animan y prometen … Espacios flexibles, variados, activos, en los que conviven la virtualidad y la presencialidad, las ideas propias con las nuevas y las de los demás, el conocimiento, la investigación, las vivencias, las experimentaciones, las teorías, las personas conocidas y las desconocidas, los ambientes, los métodos múltiples, dinámicos, diversos, las discusiones, las reflexiones, los encuentros… Esa es la universalidad a la que hay que ir, esa es la universalidad que corresponde a una universidad.
Es una obligación personal procurar una cotidianeidad feliz, entretejiendo momentos y días desafiantes y satisfactorios logrando experiencias disfrutables.
Sin embargo, hay que evitar caer en el mito de lo fácil, lo cómodo, la inmediatez ni en la falaz ingenuidad de que si un día no fue fantástico no valió la pena…. Hay momentos buenos y malos, difíciles y gratificantes, pero a diferencia de lo que durante años se defendió afirmando que la única manera de lograr metas era a través de grandes padecimientos, hoy el enfoque debiera ser cómo convertir los momentos de lucha y esfuerzo en experiencias valiosas y hasta disfrutables. Lo único edificante no es el sufrimiento per se, y es deber de cada persona hacer de sus esfuerzos y de sus días de lucha, experiencias valiosas.
Mtra. Cecilia Canal Garrido
Vicerrectora de Campus Ciudad de México
Universidad Panamericana
Twitter: @CeciCanal1
Semblanza
Cecilia Canal Garrido es pedagoga por la Universidad Panamericana y cuenta con un máster en Education in Instructional Leadership por la Universidad Sam Houston en Estados Unidos. Durante 30 años se ha dedicado a la educación desde diferentes sectores y en niveles diversos: en la empresa, en la escuela y en la sociedad. Sin embargo, desde 2015 se ha enfocado a la educación superior. Actualmente es Vicerrectora de Campus México de la Universidad Panamericana.