En la última entrega discutimos sobre la imagen real e ideal de nuestro perfil digital. Como conclusión, establecimos que conocer quiénes somos, qué hacemos y cómo nos presentamos actualmente ante nuestro público, es pieza clave para generar pequeños cambios que nos lleven a conectar mejor con nuestras audiencias y a definir cómo alcanzaremos el objetivo que nos planteamos como profesionales en los medios digitales.
Ahora que hemos revisado la parte interna del perfil, es importante también tomar en cuenta los factores externos que podrían afectar el desempeño de nuestra estrategia en la web. Tendencias, estética, temas, interacción… internet es un mundo donde cualquiera hace lo que quiere, donde el ambiente es volátil y las comunidades se forman, deshacen o fortalecen en un abrir y cerrar de ojos. Es por ello que, para entrar al mundo digital con alta probabilidad de éxito, el referente más cercano de triunfo o falla siempre será la competencia.
Del mismo giro que nuestro perfil, con objetivos y servicios semejantes, currículum e intereses como dos gotas de agua… la competencia a analizar, elegida correctamente, son todos aquellos individuos o marcas que buscan y se dedican a lo mismo que nosotros; que están en una zona geográfica similar; que han implementado su propia estrategia digital y que han logrado no solo cumplir su objetivo inicial, sino conectar con sus públicos meta y obtener beneficios de su presencia en internet.
Construir nuestro perfil digital: el primer paso para consolidarnos como profesionales de excelencia
Realizar un análisis de competencia es sencillo y a la vez bastante complejo. Definir quiénes son aquellos en los que debemos inspirarnos para optimizar nuestro propio perfil digital no es fácil, pues implica buscar en redes sociales u otras plataformas específicas a las que nos vamos a dirigir, a toda aquella marca o profesional que sea aspiracional para nuestro futuro. El servicio; objetivo; contenido; interacción del público; diseño y tono de nuestra competencia no puede estar a nuestro nivel, sino que debe ser mejor. Aunque eso sí, siempre alcanzable para nuestros perfiles a un corto o mediano plazo.
Una vez ubiquemos a algún perfil excelente, debemos revisar con detenimiento varios puntos del mismo. El primero es establecer el periodo de tiempo que analizaremos de la competencia, pues los perfiles digitales siempre están en constante cambio y lo que sucedió hace seis meses puede haber sido totalmente transformado al día de hoy. Además, la cantidad de contenido que debemos consumir para analizar la competencia a profundidad puede llegar ser abrumadora, si es que no establecemos límites concretos antes de iniciar nuestra revisión.
Para definir este periodo, elijamos, según la cantidad de publicaciones o elementos en la red social o plataforma que seleccionamos de la competencia (debe hacerse este análisis de una en una), unos cuantos días, semanas o meses que representen un tiempo específico en la estrategia del perfil exitoso. Por ejemplo, en caso de que aspiremos a ser músicos y elijamos a un artista con una cifra mediana de seguidores, un buen periodo de análisis sería cuando dicho artista lance una estrategia para promocionar su álbum, tenga alguna actividad/evento específico o se encuentre en una fase de alta importancia para la marca. Seleccionar ciclos específicos a conciencia nos permite conocer a la competencia cuando se encuentre en un punto alto de desempeño. Básicamente, cuando optimice su estrategia con el fin de cumplir el objetivo que ya se planteó.
Ya con el tiempo definido, analizaremos al público de la competencia a través de las interacciones que la audiencia tenga con la marca (durante el mismo periodo que elegimos). ¿Quiénes son los seguidores? ¿Qué dicen de la marca? ¿Qué les gusta del contenido? ¿Cómo se expresan entre ellos? ¿Qué edades tienen? ¿A qué se dedican? Recordemos que la competencia es un “futuro nosotros” que ya ha encontrado la comunidad a la que pertenece, pues supo comunicarse y conectar con sus seguidores a lo largo del tiempo. Esa audiencia, al mismo tiempo, tiene características similares a la que buscamos para nuestro propio perfil digital.
El arte de crear un óptimo perfil digital (1/4): La imagen real e ideal
Por último, pero no menos importante, debemos de fijarnos en qué está publicando la competencia y cómo lo hace. ¿Qué temas aborda? ¿Cómo escribe? ¿En qué tono? ¿Cómo se dirige a los usuarios? ¿Qué material usa? ¿Son videos, imágenes o texto? ¿Cuáles publicaciones tuvieron mayor éxito?
Los datos recabados de estos tres rubros nos darán suficiente información para saber por dónde comenzar con nuestro perfil digital. Ya entendimos cómo funciona la comunidad y obtuvimos puntos clave para generar material que interese a nuestra propia audiencia sin perder de vista nuestro objetivo. Ahora, lo que hay que hacer es llegar a un punto medio entre lo que somos en este momento (imagen real) y lo que queremos ser (imagen ideal); tomando de referencia para este último concepto, a la competencia que ya triunfó en internet con su perfil digital.
Recordemos que realizar esta clase de comparaciones y análisis no reduce nuestro valor como profesionales, ni tampoco se trata de una práctica deshonesta o plagio mientras no copiemos o replicamos al pie de la letra lo que hace nuestra competencia. Estamos hablando de un punto medio, uno donde generamos un nuevo perfil digital original y creativo que integre nuestra actual esencia y lo que queremos ser o lograr, utilizando como apoyo los consejos y conocimientos de otros que, a prueba y error, ya han logrado conseguir un puesto en su comunidad ideal.
Si somos maquillistas y vemos que a la competencia le ha ido bien al publicar cada semana tutoriales de belleza, ahora podemos inferir que los consejos e instrucciones paso a paso son de agrado para nuestra comunidad meta. Es aquí cuando entra la combinación de originalidad, esencia propia y referencia; donde podemos pensar en cómo generar contenido que use los mismos fundamentos, sin plagio y dándole un giro totalmente propio que nos acerque al profesional que queremos ser. Por ejemplo, si específicamente queremos enfocarnos en ser profesionales de belleza que atienden a actores y actrices; podríamos iniciar una línea de contenido sobre tutoriales sobre maquillaje para escenario, para iluminación artificial, efectos especiales u otros, dependiendo del medio.
Lo más importante, es observar y analizar. Ninguna estrategia de contenido funciona al cien por ciento a la primera vez de implementarla, pero no por ello debemos rendirnos ni abandonar las ideas que hemos creado. Basándonos en lo que ya sabemos, sumado a lo que investigamos, la constancia y la optimización constante es el único elemento que debe estar presente a cada momento del desarrollo de nuestro perfil. Hay que crear, hacer, fallar, volver a crear; así sucesivamente hasta conseguir el resultado que queremos para nuestro yo digital.