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Amor es amor: Día Internacional del Orgullo LGBT+

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Nadie debería sentirse avergonzado por su orientación o identidad sexual. Desde chicxs se nos cuestiona, aun cuando no comprendemos realmente lo que implica, se nos discrimina, vivimos violencia y desigualdad simplemente por ser quienes somos.

La homofobia es una forma de violencia que se caracteriza por el desprecio, el rechazo y estigmatización hacia personas con conductas homosexuales y la escuela es un lugar común donde se perpetúa esta violencia como bullying homofóbico.

Muchas personas dicen no ser homofóbicas, pero dicen frases como: “no soy homofóbico, pero… no se besen en público”, “no soy homofóbico, pero… no se te nota lo gay”, “no soy homofóbico, pero… no deberían de ser padres/madres”, “no soy homofóbico, pero… sus marchas están de más”, etc.

Ante esto es que toma relevancia este 28 de junio, el Día Internacional del Orgullo LGBT+, ya que no surgió esta fecha como una necesidad de celebrar por ser parte de una comunidad, sino para visibilizar el derecho a existir sin ser perseguidos.

El origen se remonta al 28 de junio de 1969, cuando tuvieron lugar los disturbios del pub Stonewall en Nueva York, después de que la policía dirigió una redada contra las personas que se encontraban en ese lugar. Este es el punto clave de la historia en el que el colectivo LGBT+ comenzó una lucha contra todo un sistema, legal, policial y social, que les perseguía.

Se habla de ‘orgullo’ porque se busca apelar por nuestros derechos, además de contrarrestar los prejuicios sobre las personas LGBT+, a quienes se nos concebía como patológicas, anormales, inmorales y perversas.

La mera existencia de las personas LGBT+ a lo largo de la historia ha sido criminalizada, estigmatizada y satanizada, por lo que se buscaba enunciar con orgullo y dignidad la existencia de las personas LGBT+ con este movimiento.

Por su parte, en nuestro país también surgió su lucha, por lo que la primera marcha LGBT+ en México se llevó a cabo en 1979, aunque hubo antecedentes, como el de la treintena que se manifestó durante la marcha de aniversario por la Revolución Cubana en julio de 1978.

Los primeros valientes activistas visibles en México fueron: Oikabeth, el Grupo Lambda de Liberación Homosexual, Frente de Liberación Homosexual de México, Frente Homosexual de Acción Revolucionaria, SEXPOL, Ákratas y Lesbos.

Cada una de estas organizaciones se enfocó en distintos temas, como mantener discusiones políticas en el país, crear estrategias para desestigmatizar, así como visibilizar a las personas LGBT+; hoy en día ese activismo y el de nuevos grupos ha sumado para progresar en favor de nuestros derechos.

Pero aún falta mucho por hacer. De acuerdo con la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, a 1 de 4 personas LGBT+ se le niegan sus derechos sin ninguna razón, como el derecho a la igualdad y a la no discriminación. Y a pesar de que en la Constitución en su 1er. artículo establece que no se debe discriminar a nadie, seguimos enfrentando el rechazo por nuestra orientación o identidad sexual.

Además, existen consecuencias muy lamentables: de acuerdo con el Observatorio Nacional de crímenes de odio contra personas LGBT, durante 2021 en el país hubo conocimiento de al menos 73 homicidios y 5 desaparecidos; existen muchos más casos que se desconocen.

¿Has escuchado de los Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género (ECOSIG), más conocidos como “terapias de conversión”? Van desde la privación de la libertad, electroshocks, rituales espirituales, hasta violaciones correctivas.

No hay nada que curar con las terapias de conversión, sólo disfrazan la intolerancia con “amor”. Estas son prácticas que parecieran del pasado, sin embargo, es algo que a las personas LGBT+ les sigue afectando. Por fortuna, fueron prohibidas en julio de 2020 en la Ciudad de México y desde entonces ya lo han hecho también seis estados.

Actualmente, mucha gente se ha educado y ha entendido que no hay necesidad de hacer diferencia entre las personas y nuestro camino aún es largo por recorrer. Algún día -espero no tan lejano- las personas no tendrán que salir del closet. Las infancias LGBT+ necesitan escuchar historias sobre adultos felices LGBT+, para que crezcan sabiendo que pueden vivir una vida plena, sin prejuicios ni tabúes.

 

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