¿Qué sucede cuando en una sociedad el periodismo pierde el rumbo, cuando empieza a ser utilizado para manipular situaciones, cuando esta labor cae en manos de pocos y se utiliza para desvirtuar por completo su fin, el exponer la verdad y generar conciencia en la sociedad?
Considero que estas preguntas y muchas otras cobran relevancia con lo sucedido el pasado viernes 30 de septiembre, cuando se dio a conocer que la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA) sufrió un hackeo por parte de un grupo de hacktivistas conocidos como Guacamaya.
Los Hckers filtraron documentos sobre diversos temas, que si el culiacanazo, que si la salud del presidente Andrés Manuel López Obrador, que si los contratos del Tren Maya, en fin, temas que por el momento no son mi objetivo analizar.
Sin embargo, también se nos está olvidando por completo hacer otro tipo de preguntas transcendentales sobre lo que implica este hackeo masivo de información, aproximadamente 6 terabytes de correos, y la delicadeza de la situación.
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El cuidado de la información
Algo relevante a analizar, es que toda la filtración fue enviada directamente para Latinus, para ser presentada por Carlos Loret de Mola, y también para Aristegui Noticias. Periodistas, ampliamente conocidos y con mucha trayectoria en México por sus trabajos críticos, tienen una responsabilidad importante sobre sus hombros.
Ambos han sido criticados por presuntamente utilizar información incorrecta, falsa, montajes y de más para exponer noticias de diversa índole, sobre todo cuestiones que tienen que ver con la política y corrupción en México.
Ahora, ante el ataque que sufrió la SEDENA y que puede hasta poner en riesgo la seguridad nacional, es importante que los periodistas y cualquier otra persona con dicha información en sus manos sea muy cuidadosa de saber cómo usarla y cómo no usarla.
Asimismo, se pone en riesgo la reputación de dos de los periodistas más importantes que este país tiene y, por lo tanto, el honor y credibilidad de esta profesión en México, que ya ha sido bastante atacada.
Ser periodista
Recordemos que ser periodista crítico no está ligado a usar cualquier tipo de información a la mano, sin revisarla antes, para atacar a un bando político y querer favorecer al otro simplemente para obtener beneficios personales.
El fin del periodismo es exponer la verdad y generar conciencia en la población de una manera responsable, no caer en la trampa de utilizar la información para manipular hechos y contextos a conveniencia.
Hay que tener cuidado quién más del equipo de trabajo de Latinus y Aristegui Noticias tiene acceso a todos estos correos, qué pueden hacer con ellos, qué medidas de control están tomando, qué intenciones podrían tener al contar con información tan delicada y qué riesgos habría si se siguen filtrando datos de este tipo.
Ante este caso solamente espero que cualquier periodista involucrado recuerde que en sus manos tiene un poder bastante considerable y que, sí, hay que seguir haciendo periodismo crítico, pero responsable y consciente.