A veces nuestra vida como universitarios o universitarias puede resultar en una rutina bastante acelerada. Por lo tanto, cuando llega la hora de la comida en la facultad, acudimos a la comida rápida y hasta nos olvidamos de comer. Pero, ¿cuáles son los riesgos de esto a largo plazo? Te contamos.
Durante la ponencia “Atención saludable desde el punto de vista médico” presentada en el Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales (Ciecas), la especialista de la Escuela Superior de Medicina (ESM) del IPN, Elizabeth Karina Piña Morán, alertó sobre los riesgos para la salud por el consumo de comida rápida.
Las demandas de la vida moderna obstaculizan la organización de una dieta saludable. Es por esto que, gran parte de la población mexicana, prefiere consumir comida rápida, la cual resulta accesible, práctica, barata, oportuna y agradable, además su sabor está diseñado para atraer al paladar.
Así lo señaló la experta, quien además advirtió que la comida rápida contiene altos porcentajes de sodio, grasas saturadas, carbohidratos y azúcares. Asimismo, destacó que estas carecen de fibra y potasio (un mineral esencial para el funcionamiento correcto de músculos, nervios, riñones y ritmo cardiaco). De ahí que, Piña Morán, subraya la importancia de disminuir la ingesta de este tipo de alimentos.
“Si sólo se elige la comida rápida, el cuerpo comenzará a sufrir cambios metabólicos que se manifestarán en sobrepeso y obesidad. El tejido adiposo se altera, inflama y genera estrés oxidativo por la presencia de radicales libres que, con el transcurso del tiempo, provocarán enfermedades como diabetes, hipertensión, problemas cardiacos e hígado graso, condición que dificulta realizar adecuadamente sus funciones”, explicó.
Al respecto, la doctora alertó que la presencia de estos elementos en los órganos del ser humano desarrolla un fenómeno sistémico de inflamación silente.
¿Qué pasa si mi dieta no incluye fibra?
En relación con las dietas carentes de fibra, Piña Morán informó que este tipo de alimentación ocasiona disbiosis intestinal, es decir, un desequilibrio de los microorganismos que habitan en la microbiota del cuerpo. Esto resulta en una inflamación intestinal y liberación de radicales libres.
La disbiosis intestinal, precisa la especialista, incide en la producción de ácidos grasos de cadena corta. Tales como el butirato, un neuroprotector que surge de los bacteroidetes de la microbiota, el cual se reduce como consecuencia del aumento de las concentraciones de ácido graso, mismo que se encarga del crecimiento del tejido adiposo e incremento del colesterol de baja densidad en la sangre.
“La evolución natural de una inflamación general del cuerpo puede desembocar en altos niveles de estrés oxidativo, mala respuesta inmune y afectaciones demenciales a causa de la neuroinflamación”, indicó la especialista en Nutrición y Bariatría Clínica por el Instituto de Enseñanza de Salud en México.
¿Hay alimentos buenos y malos?
Durante el evento, la doctora Elizabeth Karina Piña, destacó que no hay alimentos mágicos ni milagrosos. Sin embargo, existen aquellos que están enriquecidos con minerales, vitaminas y proteínas.
No obstante, señaló que ninguno de esos alimentos cubrirá los requerimientos del cuerpo, puesto que la alimentación debe basarse en el Plato del Buen Comer. Esto significa que la dieta debe ser completa, variada, suficiente y equilibrada, subrayó.
Escuela Superior de Medicina del IPN
El Instituto Politécnico Nacional incluye en su oferta académica la Escuela Superior de Medicina (ESM), una institución que ofrece servicios educativos que buscan formar profesionistas en el campo de la salud.
En la ESM del IPN puedes encontrar la licenciatura en Médico Cirujano Partero, donde las y los estudiantes que egresan de la carrera, podrán ejercer la profesión en el área biomédica, socio humanista y clínica, según indica el portal de la escuela de estudios superiores.
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