Mujeres trabajadoras en México, han sido víctimas por lo menos una vez en su vida de mansplaining en sus empleos, según datos de la encuesta ‘Termómetro laboral’, realizada por la plataforma digital de bolsa de trabajo OCCMundial.
El término mansplaining sale del texto «Los hombres me explican cosas«, donde la autora Rebecca Solnit, narra situaciones de su vida diaria. En ellas, hombres aspiraban a explicarle temas vinculados a temas o trabajos hechos por ella.
La Unidad de Género de la UNAM, señala que el mansplaining, es “La tendencia y acción de los hombres a explicar cosas a las mujeres de manera paternalista y condescendiente, incluso si lo que se habla, es un tema del que la mujer sabe más que el varón”. En palabras sencillas, esto significa que los chavos intentan demostrar que conocen más que las chicas, a pesar de que ellas sean expertas del tema.
Para conocer las tendencias y datos importantes que tienen que ver con el trabajo en México, OCCMundial realizó una encuesta a mujeres con empleo a través de su plataforma de bolsa de trabajo en Internet. En este ‘Termómetro Laboral» se dio a conocer que, en relación con la práctica de mansplaining, “el 63% ha sido víctima de este tipo de acción por lo menos una vez en su vida laboral, un 12% mencionó que no ha vivido esta práctica de micromachismo en los lugares donde ha trabajado, mientras que 25% expuso que desconoce qué es el mansplaining y nunca lo ha vivido”.
Según indicó en un comunicado el sitio de bolsas de trabajo, para más de la mitad de los hombres que también trabajan en empresas en el país, la palabra mansplaining es desconocida.
“El 51% de los trabajadores de México desconoce el mansplaining como violencia simbólica hacia las mujeres”.
En México y el mundo, el mansplaining se ve reflejado no sólo en el ámbito laboral, sino en la vida cotidiana de las mujeres. Por ejemplo, la escuela. En todos sus niveles educativos.
Al respecto, Adriana ‘N’, estudiante de la UNAM (que decidió mantener su apellido de forma anónima), comentó que “Los chavos se ponen como si sus opiniones fueran más importantes o no pudieras desmentirlos. También me ha pasado en mi trabajo, con mi jefe anterior. Yo le proponía campañas y él me decía: No, tú eres chiquita”
“Varias veces me pasó en la facultad, participaba en clase, mis compañeros solían interrumpirme y no solo a mí, a mis compañeras. Decían exactamente lo mismo que ya habíamos dicho y era correcto. Incluso había maestros que tomaban más en cuenta lo que decían ellos, que lo que decíamos las mujeres”, dijo otra alumna de la universidad quien prefirió permanecer en el anonimato.